¿PODEMOS LLEGAR A SER PADRE/MADRE ALTAMENTE EFICACES?
ESPERANZA CID ROMERO. PSICOPEDAGOGA Y COACH PERSONAL Y EJECUTIVA. SOCIA FUNDADORA DEL CENTRO PSICOPEDAGÓGICO LEOLAB. Solemos relacionar la eficacia en el terreno profesional. Sin embargo, desde hace unos años, este concepto se ha extendido a otros ámbitos, gracias sobre todo al profesor estadounidense Stephen Covey y a su libro "Los 7 hábitos de las personas altamente eficaces" en el que detalla una serie de pautas para lograr unas metas adecuadamente definidas. Si lo trasladamos al ámbito familiar, la meta es su desarrollo integral y esto implica la maduración de múltiples capacidades (linguisticas, matemática, corporal, interpersonal...)
1. PROACTIVIDAD. Cuando hablamos de proactividad, nos estamos refiriendo a la acción. En nuestras familias y con nuestros hij@ debemos ser proactivos. Es decir hacer actividades con ellos. No caer en la pasividad o zonas de confort. Debemos buscar momentos para fluir y disfrutar de las acciones cotidianas.
2. COMENZAR CON UN FIN EN MENTE: Con esta proactividad plantearnos pequeños objetivos/actividades en nuestras vidas cotidianas. Si estos objetivos o pequeñas metas, las negociamos entre todos, serán doblemente enriquecedoras para toda la familia.
3. PRIMERO LO PRIMERO: Saber priorizar, delegar e incluso pedir ayuda si fuese necesario. Es obvio que las necesidades básicas es lo primero que debemos cubrir con nuestros hij@s pero no debemos olvidar que las necesidades afectivas son también una prioridad. La seguridad de nuestros hijos dependerá de nuestra seguridad emocional.
4. PENSAR EN GANAR/GANAR: Las dos grandes estrategias de negociación para la resolución de conflictos son el ganar/ganar y el ganar/perder. Se está demostrando que son más eficaces a largo plazo las primeras por lo que es interesante plantearlo en el mundo familiar. Las relaciones padres/hij@s son asimétricas en los primeros años de los hij@s, por lo que habrá cuestiones que no se deberán negociar. Se negociará lo negociable y conforme nuestros hijos avancen en edad, las negociaciones deberán ser más continuas y no olvidar esta estrategia.
5. COMPRENDER PRIMERO Y DESPUÉS SER COMPRENDIDO: Para que nuestros hij@s entiendan nuestros puntos de vista o nuestras normas, antes debemos ponernos en su lugar. Ellos son bebés, niñ@s y/o jóvenes. Es vital partir de este principio y sobre todo empalizar con la edad que tienen. Las demandas de nuestros hij@s pequeños no serán las mismas que cuando sea adolescentes.
6. SINERGIZAR: Si no creemos nosotros en nuestros propios hij@s, difícilmente podrán ellos creer en sí mismos. Desde la familia debemos nutrir a nuestros hijos de seguridad, responsabilidad y cariño. Estos ingredientes serán la base de una autoestima sana.
7. MEJORA CONSTANTE. La familia es un lugar privilegiado para el aprendizaje continuo y también para la mejora constante, no solo de nuestros hijos sino también de nosotros como padres y madres.
A estos 7 hábitos de Covey es importante añadir:
8. EQULIBRIOS DE REFUERZOS POSITIVOS Y NEGATIVOS: Saber valorar y reforzar logros, ignorar pequeños errores y no olvidar tampoco los refuerzos negativos con castigos constructivos para la mejora de alguna conducta
9. NOSOTROS SOMOS LOS ADULTOS. Es una obviedad pero muchas veces se nos olvida que estamos delante de peques. Queremos que lleven nuestras prisas y nuestro ritmo de vida diario y ellos son simplemente niñ@s. Con esta reflexión es más fácil y posible, la autorregulación del adulto.
10. TANTO PADRES COMO HIJ@S SOMOS TODOS MARAVILLOSAMENTE IMPERFECTOS. No existe la perfección. No existen padres y madres perfectos. Tampoco existen los hijos ni las hijas perfectas. Simplemente existe la maravillosa imperfección de las personas.
Ya para concluir con este decálogo, si alguno de esto hábitos los incorporamos en nuestras familias estaremos más cerca de ser altamente eficaces según Covey y en definitiva de contribuir al desarrollo personal de nuestros hij@s como personas.
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