En primer lugar es importante aclarar que NO todos los niños “movidos y desatentos” son niños con Trastorno por Défict de atención con/sin Hiperactividad (o TDAH), y este diagnóstico sólo lo puede hacer un especialista (psiquiatra o neurólogo infantil, psicólogo o psicopedagogo) que valorará en cada caso la presencia o no de un trastorno, y el tipo de tratamiento más adecuado.
Por otro lado, una vez descartamos un problema de atención que no requiere una intervención por parte de un especialista, también podemos realizar actividades en familia que ayudarán a nuestros hijos a estar más centrados y atentos.
Suele ser bastante útil y ameno
si realizamos actividades o juegos educativos en los que les ayudamos a
entrenar las habilidades relacionadas directamente con la atención: la
capacidad lógica y analítica, la observación, la planificación, la selección de
estímulos, etc. Es fundamental el clima en el que se llevan a cabo, un espacio
en el que estas tareas son vistas como un juego y en el que los mensajes que
les damos son motivadores y refuerzan las actitudes que queremos mantener
(p.ej. “cuando estas tan atento este juego te sale muy bien”), así como
autoinstrucciones que iremos integrando a modo de procedimiento para regular su
comportamiento (p.ej. “¡vaya! nos ha salido mal. ¿Por qué?. Debemos revisar
dónde nos hemos equivocado”).
Estos juegos se pueden encontrar
también en la web, aunque el formato en papel nos permite trabajar as
habilidades grafomotoras. Algunos de los
juegos educativos que son recomendables para trabajar la atención y
concentración, son:
- Los juegos de asociación visual (p.ej. puzzles, juegos de memoria, asociación de imágenes y su sombra, etc.), integración visual (p.ej. completar los detalles de dibujos incompletos, juegos de unir puntos, etc.) y agudeza visual (p.ej. encontrar los elementos iguales al modelo); Son actividades que potencian la concentración a través de la observación, la lógica y la asociación.
- Los juegos de diferencias, permiten que el niño realice una observación analítica, lo que favorece su atención y concentración.
- Los juegos para detectar errores, entrenan al niño en la habilidad de autocorrección a través de actividades en las que se debe identificar las características que son ilógicas en determinados dibujos o elementos incorrectos.
- Juegos de laberintos o de seguimiento visual (p.ej. líneas entrelazadas que conducen de un punto a otro), permiten el desarrollo de la grafomotricidad a la vez que trabaja la orientación espacial, la capacidad de mantenerse en la tarea y la lógica.
- Ejercicios de localización rápida de un objeto o una palabra, en estas tareas es frecuente tener un tiempo límite de realización, por lo que el niño entrena su capacidad de seleccionar con rapidez entre los diferentes “estímulos”, el correcto.
- Respetar las necesidades de ejercicio físico del niño. Es recomendable deportes como el Judo, Karate, Natación, o actividades de tiempo libre en grupo, donde tengan un instructor. Las actividades artísticas también son una buena alternativa, así como la música y el teatro.
Además de estas actividades, es
clave trabajar la atención como una capacidad innata que podemos entrenar en
nuestra vida diaria a través de técnicas de mindfulness, atendiendo a
nuestra respiración y conociendo nuestro cuerpo a través de la relajación.
7. El Mindfulness (no posee una traducción exacta al castellano) puede entenderse como atención y conciencia plena, a través de una “presencia atenta y reflexiva a lo que sucede”. Esta manera conciente de “estar” en sintonía con lo que pasa a nuestro alrededor refuerza la atención, la capacidad de aprendizaje, la autorreflexión, además de otros beneficios emocionales como control de estrés, la ansiedad, etc. La mejor manera de ayudar a nuestros hijos a estar atentos plenamente, empieza por nuestra práctica personal. Padres y madres que practican estas técnicas (al menos unos minutos al día) durante un tiempo, son capaces de ayudar a sus hijos a aprender estas habilidades. Para empezar, podemos tomarnos 5 minutos al día para estar en silencio, inmóvil, atendiendo a nuestra respiración, o incluso haciendo otras cosas como tomarnos el tiempo de saborear un alimento, disfrutar de un paisaje, etc.
8. Aprender a respirar o hacer conciente nuestra respiración, ayuda a eliminar los automatismos, ayuda a tener un mayor control sobre nuestros pensamientos, emociones y sensaciones, y favorece cambios a nivel neurobiológico. Enseñar a nuestros hijos a ser más concientes de su respiración facilita la autorregulación de su comportamiento y por tanto, su autocontrol. Por ejemplo, ante una tarea que requiere gran concentración, respirar de forma profunda y conciente, nos pone en disposición y nos tranquiliza. Para empezar podemos simplemente ayudarles a estar atentos a su respiración (sensaciones de frío y calor en la nariz, reconocer los diferentes niveles de nuestra respiración o contando un número en cada inspiración).
9. La relajación es un estado de descanso, en el que tomamos conciencia de cómo está nuestro cuerpo, detectamos las tensiones y las “ablandamos”. Es beneficioso, en la medida que al igual que el mindfulness y la respiración, ayuda a que nuestros hijos estén concientes, vivan el presente y aumenten su concentración. Así como en las anteriores técnicas, es importante que como padres y madres la experimentemos, para poder ayudar a nuestros hijos a practicarla. Existen muchas formas de llevarla a cabo, para principiantes lo mejor es empezar por una exploración del cuerpo o “body scan”.
7. El Mindfulness (no posee una traducción exacta al castellano) puede entenderse como atención y conciencia plena, a través de una “presencia atenta y reflexiva a lo que sucede”. Esta manera conciente de “estar” en sintonía con lo que pasa a nuestro alrededor refuerza la atención, la capacidad de aprendizaje, la autorreflexión, además de otros beneficios emocionales como control de estrés, la ansiedad, etc. La mejor manera de ayudar a nuestros hijos a estar atentos plenamente, empieza por nuestra práctica personal. Padres y madres que practican estas técnicas (al menos unos minutos al día) durante un tiempo, son capaces de ayudar a sus hijos a aprender estas habilidades. Para empezar, podemos tomarnos 5 minutos al día para estar en silencio, inmóvil, atendiendo a nuestra respiración, o incluso haciendo otras cosas como tomarnos el tiempo de saborear un alimento, disfrutar de un paisaje, etc.
8. Aprender a respirar o hacer conciente nuestra respiración, ayuda a eliminar los automatismos, ayuda a tener un mayor control sobre nuestros pensamientos, emociones y sensaciones, y favorece cambios a nivel neurobiológico. Enseñar a nuestros hijos a ser más concientes de su respiración facilita la autorregulación de su comportamiento y por tanto, su autocontrol. Por ejemplo, ante una tarea que requiere gran concentración, respirar de forma profunda y conciente, nos pone en disposición y nos tranquiliza. Para empezar podemos simplemente ayudarles a estar atentos a su respiración (sensaciones de frío y calor en la nariz, reconocer los diferentes niveles de nuestra respiración o contando un número en cada inspiración).
9. La relajación es un estado de descanso, en el que tomamos conciencia de cómo está nuestro cuerpo, detectamos las tensiones y las “ablandamos”. Es beneficioso, en la medida que al igual que el mindfulness y la respiración, ayuda a que nuestros hijos estén concientes, vivan el presente y aumenten su concentración. Así como en las anteriores técnicas, es importante que como padres y madres la experimentemos, para poder ayudar a nuestros hijos a practicarla. Existen muchas formas de llevarla a cabo, para principiantes lo mejor es empezar por una exploración del cuerpo o “body scan”.
Actualmente en Leolab estamos desarrollando un Programa para niños y niñas con problemas de atención y/o hiperactividad en el que combinamos las intervenciones psicológicas y psicopedagógicas con técnicas de yoga y mindfulness, con las que aprendendemos a respirar, a estar atentos a las sensaciones de nuestro cuerpo y a saber aplicar estas estrategias de autocontrol para reducir la ansiedad y controlar los impulsos. Hasta el momento, ¡¡¡con excelente resultados!!! Ya que confiamos plenamente en la capacidad que todos tenemos de aprender y el valor que tiene el conocernos a nosotros mismos y aceptarnos como somos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarno me sirvio
ResponderEliminarMe gustaron las actividades, las empezaré a probar y ejercitar estas actividades para niños con tdah y así notar mejores resultados, un saludo
ResponderEliminarMe gustaron los ejercicios de tdah para niños que has compartido, cosas que deberíamos de tener en cuenta para mejorar su desarrollo, muy útil
ResponderEliminarpuros juegos infantiles
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