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miércoles, 13 de febrero de 2013

EDUCAR BAJO EL PRISMA DE LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES


ARTÍCULOS PUBLICADOS EN EL HERALDO DE ARAGÓN
DÍAS 6 Y 13 DE FEBRERO 2013

EDUCAR BAJO EL PRIMA DE LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES

Hasta hace pocos años la inteligencia era medida como un conjunto indisoluble en el que primaban las capacidades lingüísticas y matemáticas, de tal manera que todo aquel que no sobresaliera en ellas no obtenía una buena puntuación en las pruebas psicométricas del Cociente Intelectual (CI) y no podía ser considerado inteligente. El psiconeurólogo Howard Gardner nos propuso que la inteligencia es un concepto más amplio y que no siempre correlaciona directamente con el éxito académico. En su propuesta define la inteligencia como la "capacidad de resolver problemas y/o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas". Y señala que hay personas muy capaces en matemáticas pero muy poco capaces en su relación con los demás o en su orientación en una ciudad nueva, por ejemplo.

Este estupendo experto que recibió el premio príncipe de Asturias en 2011 nos propone:
- Que la inteligencia no es unitaria, que podemos hablar al menos de 8 inteligencias: lingüística, lógico-matemática, espacial, musical, kinestésica, interpersonal, intrapersonal y naturalista.
- Que la inteligencia es educable. Nacemos con capacidades innatas pero en función de la estimulación del medio se desarrollarán más o menos.
- Que todos poseemos todas las inteligencias en mayor o menor grado.

A partir de lo anterior ¿cómo educamos a nuestros hijos? ¿Qué hacer para conocer y potenciar sus inteligencias¿ ¿qué inteligencias favorecer más?

1. Valorar todos los ámbitos y no solamente el académico. Si no fuera porque se valoran otros ámbitos, nunca hubiéramos tenido a tenistas como Nadal, pintores como Picasso, cantantes como Plácido Domingo o actrices como Julia Gutiérrez Caba.  El conocimiento académico es importante, muy importante, y nuestros hijos deben abordarlo para manejarse en la sociedad presente y futura, pero también es cierto que muchos de ellos serán más felices si se complementa con otros que les gusten como ayudar a los demás, cuidar plantas, patinar o bailar.

2. Identificar el “skyline” de las inteligencias de nuestro hijo o hija. Como padres, en cuanto nuestros hijos tienen más de 5 ó 6 años nos vamos haciendo idea de las aptitudes más destacadas y menos de nuestros hijos. Sabemos si desafina mucho al cantar o no, si calcula rápido o lento, si se expresa bien para su edad, si se relaciona bien con los demás, por ejemplo. También existen test sencillos que nos ayudan a saber lo que incluye cada inteligencia y nos dan una puntuación. Un adecuado diagnóstico del punto de partida es esencial para avanzar en la dirección -o direcciones- adecuada/s.

3. Educar en la excelencia: Una vez que tenemos claro en qué destaca es sumamente importante para su desarrollo personal y su felicidad promover ese ámbito en su formación y su vida personal y profesional. Será mucho más fácil que nuestra hija que es una estupenda deportista, con claras aptitudes de coordinación, fuerza, velocidad, etc. y a la que no se le dan bien los cálculos matemáticos destaque y sea feliz aprendiendo y dedicándose al ámbito deportivo y no a la ingeniería, por ejemplo.

4. Educar y desarrollar los ámbitos menos destacados: El gráfico personal de las inteligencias no es inamovible. Gracias a la educación familiar y escolar, gracias a los estímulos que proporcionemos y su adecuación a las características de cada niño contribuiremos a que se pueda manejar con soltura en todos los ámbitos y no sólo en los que a priori le eran más favorables.

5. Cuidar especialmente las inteligencias intrapersonal e interpersonal: estas dos inteligencias señaladas por Gardner fueron el origen de la conocida inteligencia emocional. La mayor parte de los factores de felicidad y éxito del ser humano devienen directamente del equilibrio personal y la relación con los demás.

6. Combinar exigencia y disfrute: pocas veces se esfuerza uno tanto como cuando disfruta con lo que hace. Busquemos tareas que les “enganchen” y que a la vez les supongan un reto, será la mejor forma de que desarrollen sus inteligencias.

7. Trabajar las competencias en su interrelación. En la vida nadie va a comprar a una tienda de matemáticas ni tiene una habitación de lengua, por ejemplo. Podemos preparar un viaje y conocer los lugares, los precios, valorar si se ajusta a nuestro presupuesto, al tiempo del que disponemos a las edades de los hermanos y escribir un email a la casa rural que hemos elegido para confirmar que tienen habitaciones disponibles. Si un niño o niña participa activamente en todo este proceso estará desarrollando varias de las inteligencias señaladas.

8. Complementar el desarrollo de estas inteligencias con un planteamiento creativo y un desarrollo de lo artístico: Gardner le da una gran importancia a la creatividad como elemento de desarrollo personal y social. Esta creatividad puede desarrollarse en relación a lo lingüístico, lo matemático, lo musical…. Pero también en un ámbito que  Gardner no aborda de forma explícita: las artes plásticas. Desde perspectivas más tradicionales como la pintura con óleo, el modelado en barro o el tallado de madera a las que potencias las nuevas tecnologías con programas específicos que tienen muchas posibilidades en torno a la fotografía, el vídeo...la imagen en general.

9. Apoyar adecuadamente el desarrollo de las inteligencias múltiples con las posibilidades que ofrece la tecnología: las conocidas como TIC (tecnologías de la información y la comunicación) deben ser además TAC (tecnologías del aprendizaje y el conocimiento) y servir para el desarrollo personal, académico y profesional de nuestros hijos e hijas. No es una tarea fácil, ya que la mayor parte del tiempo que los niños están delante de las pantallas tiene exclusivamente un objetivo de ocio y debemos promover otras posibilidades como algunos buenos programas educativos, la participación en wikis o el análisis crítico de blogs.

10. Promover un clima familiar de disfrute y crecimiento: decimos que un estado de flow o fluir es aquel en el que estamos tan centrados en lo que estamos haciendo que no tenemos otro pensamiento y toda nuestra energía se canaliza en esa actividad. El tiempo se nos pasa volando preparando la decoración navideña, un power-point para celebrar las bodas de oro de los abuelos o una obra de teatro para una reunión de amigos. Para potenciar estas inteligencias múltiples es importante desde la familia crear este marco, este estado de fluir y disfrute en la cotidianidad:

Ya para acabar, nos gustaría señalar que es importante que estas inteligencias múltiples que nos propone Gardner, sean reconocidas por nuestros hijos y sean ellos también quiénes realicen su autoevaluación cada vez más ajustada. El objetivo de este reconocimiento por su parte es que valoren la diversidad de ámbitos fundamentales y sepan que son inteligentes en algunos de ellos. Esto también les permitirá valorar la contribución de las diferentes áreas o asignaturas en su desarrollo curricular..

ESPERANZA CID ROMERO Y CLARA GARCÍA ABOS

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